En este mes, en el que seguro hay muchos pequeños nuevos miembros de la familia, queremos ayudaros a que sepáis un poco más sobre sus cuidados y explicaros porque son necesarias las vacunas y desparasitaciones que hay que hacer en esta etapa de su vida.
La llegada a casa de un nuevo cachorro es siempre un acontecimiento importante tanto para el propio cachorro como para el resto de la familia. Para su mascota los primeros días en su nuevo hogar son determinantes por lo que hay que conocer las pautas a seguir para que se sienta reconfortado y querido.
El cachorro va a pasar una etapa crítica: separado de la madre, enfrentado a una nueva alimentación, expuesto a enfermedades, en manos de personas que quizá sea la primera vez que tienen un perro, en plena fase de socialización, etc. Se plantean muchas preguntas por resolver.
Existen ciertos puntos que debemos cuidar para asegurarnos del buen estado de nuestro perro:
EL ENTORNO
Tu cachorro va a ir descubriendo lo que va a constituir su mundo. Necesita un entorno rico y variado para mantenerse siempre en estado de alerta.
Si no lo logras caerá en el aburrimiento y puede padecer trastornos de conducta que suelen manifestarse como comportamientos compulsivos.
El aburrimiento puede provocar en el cachorro trastornos de su conducta que conllevan el destrozo de mobiliario, enseres, zapatos, etc. Además, pueden mostrar otras alteraciones como son:
-dermatitis por lamido: el perro se lame las extremidades hasta provocarse heridas
-puede mostrar un apetito desmesurado y compulsivo
-bebe agua en exceso, lo que puede provocarle problemas orgánicos
Por otra parte, si el ambiente es estresante (ruidos, visitas contínuas…) el cachorro no podrá asimilar los estímulos. Si vemos que nuestro cachorro adelgaza sin causa, presenta diarreas crónicas y no se adapta al entorno, podemos sospechar que padece lo que se conoce como estrés por agotamiento.
La temperatura es otro factor importante. A partir de las 5 semanas de vida ya son capaces de conservar su temperatura corporal pero debemos evitar un calor excesivo, y los cambios bruscos de temperatura que pueden provocar problemas respiratorios.
Deben tener una cama confortable, de un material que no puedan mordisquear fácilmente y ser ingerido. ¡No debemos caer en la tentación de dejarles dormir con nosotros, porque una vez que se acostumbran es muy difícil convencerlos para que no se suban a nuestra cama!
Los cachorros suelen soñar con bastante frecuencia por lo que no debemos asustarnos si los vemos patalear y lloriquear durante el sueño.
Debemos mantener la higiene en su entorno, utilizando productos antisépticos, y desinfectando tanto su cama como sus juguetes, peines, etc.
Hasta 4-5 días después de la última dosis vacunal no deben salir a la calle. De esta forma, aseguramos que su sistema inmunitario se ha desarrollado correctamente y se han creado las defensas necesarias para estar protegido. Durante este periodo, es importante que el cachorro acceda a la luz solar, en el balcón por ejemplo o en el jardín, para la correcta síntesis de vitamina D, fundamental para el desarrollo de huesos y dientes.
EL COMPORTAMIENTO Y LA EDUCACIÓN
El comportamiento de nuestros perros y gatos adultos es el resultado de su genética, pero también de la educación que recibe y de sus experiencias. De ahí la importancia de educar a nuestros cachorros y sentar unas bases de comportamiento. Durante los primeros meses de vida de nuestros cachorros es cuando más rigurosos y pacientes debemos ser y nunca debemos confundir disciplina con autoritarismo exacerbado.
El objetivo es conseguir una buena comunicación entre el perro o gato, y su familia. La educación debe ir más allá de la obediencia básica; debemos conseguir que el animal sea sociable y se establezca una relación beneficiosa y equilibrada, además de aprender las normas básicas de conviencia en casa y en la calle. Todo ello, debe conseguirse con una educación en positivo en la que, según los principios del aprendizaje, toda conducta premiada tenderá a repetirse y toda conducta castigada tenderá a eliminarse o a derivarse en otra conducta.
P.ej. El perro ladra en el jardín cuando se acerca un extraño y le pongo un collar de descargas eléctrico para que no ladre. No ladrará para evitar la descarga pero cuando vea un extraño en el jardín se pondrá ansioso y escarbará agujeros en el suelo.
P.ej. El perro ha orinado en casa al quedarse solo. Al llegar y verlo, le castigamos. El perro no entiende que se le castiga por algo que ha hecho hace horas. Asocia nuestra llegada y el olor con un castigo, y así, cuando lleguemos a casa, si se ha hecho pipí, se esconderá.
Los más jóvenes muestran gran entusiasmo por aprender, por lo que puedes empezar la educación del recién llegado en cuanto llegue a casa. No hay ninguna razón para creer que el cachorro debe tener al menos 6 meses para empezar a ser educado. Cuanto más joven sea, más fácil será enseñarle y ¡aprenderá más rápido!
La educación de nuestros cachorros pasa por enseñarles a acudir cuando les llamamos, no pedir comida en la mesa, no subirse a la cama ni al sofá si no queremos que lo hagan, o pasear de manera correcta. No debemos dejar pasar ni una sola oportunidad de que entiendan como deben comportarse.
UNA DIETA SANA
El crecimiento es el periodo más importante en la vida de un perro o un gato. En él se establece, no sólo la morfología del futuro adulto, sino también su carácter.
Por tanto, el cachorro necesita una alimentación que cubra sus verdaderas necesidades nutricionales.
Razas pequeñas, medianas o grandes, no tienen el mismo crecimiento. Existen diferencias fundamentales ligadas al tamaño y al peso del perro.
El periodo de crecimiento, que dura 8 meses en los cachorros pequeños, aumenta con el peso de los perros. Así, asciende a 12 meses en los cachorros medianos, entre 15 y 18 meses en los grandes y a 24 meses para los gigantes.
Con 1 año, un teckel ha multiplicado por 25 su peso al nacer, mientras que un dogo alemán lo multiplica por 100 en el mismo espacio de tiempo.
Estas diferencias morfológicas y fisiológicas considerables provocan necesidades nutricionales diferentes.
Es absolutamente necesario que la alimentación del cachorro tenga en cuenta las diversidades de tamaño y de crecimiento, pero también su capacidad de digestión de los alimentos.
·Crecimiento de los cachorros de razas pequeñas
La alimentación de los perros pequeños es muy particular ya que debe aportar en un tiempo muy corto las proteínas, glúcidos y lípidos que necesitan los desarrollos óseos y musculares.
Los cachorros pequeños necesitan alimentos de fácil digestión para evitar cualquier riesgo de deposiciones blandas o de diarreas.
La textura y el tamaño del alimento deben adaptarse a la mandíbula y a los dientes del cachorro. Algunas croquetas se han concebido especialmente para responder a esta demanda, ofreciendo además un sabor agradable para el cachorro, sobre todo en el periodo que sigue al destete.
El alimento de crecimiento debe garantizar una seguridad digestiva máxima para limitar los riesgos de problemas digestivos. La asimilación imperfecta del alimento podría originar ciertas carencias que repercutirían en el desarrollo del cachorro.
·Crecimiento de los cachorros de razas medianas
Durante su crecimiento, el peso del perro mediano es entre 40 y 60 veces mayor que su peso al nacer. Durante este periodo de un año de duración, necesita aportes energéticos y nutricionales altos así como un equilibrio justo de calcio y fósforo para una buena mineralización ósea y un crecimiento armonioso.
·Crecimiento de los cachorros de razas grandes
Durante el crecimiento, que dura entre 15 y 18 meses, el peso del cachorro al nacer se multiplica entre 70 y 90 veces. Este largo periodo nos obliga a ofrecer al cachorro un alimento con una densidad energética controlada y con una tasa moderada de materias grasas para garantizar una buena osificación del esqueleto sin exceso de peso.
·Crecimiento de los cachorros de razas gigantes
El perro de raza gigante (Leonberger, Dogo Alemán, San Bernardo, etc…) necesita entre 18 y 24 meses para alcanzar su pleno desarrollo. Su peso al nacer se multiplica entonces entre 80 y 100 veces. Durante este largo periodo de crecimiento debemos controlar el aumento de peso con el fin de garantizar una buena osificación del esqueleto. A la edad adulta, el peso de los perros de raza gigante somete a sus articulaciones a tensiones fuertes.
¿Que es la digestibilidad?
Se refiere a la facilidad con que es digerido (“aprovechado”) el alimento por el animal y es especialmente importante en el caso de los cachorros, cuya capacidad digestiva es inferior a la del animal adulto.
Como los animales en fase de crecimiento tienen unas elevadas necesidades energéticas, el alimento elegido deba tener una elevada digestibilidad y estar compuesto de materias primas de calidad. De esta manera, la cantidad requerida para una nutrición adecuada es menor, lo que disminuye el “esfuerzo” del aparato digestivo y la cantidad de heces generadas.
Con el fin de satisfacer las necesidades nutricionales de su cachorro, podemos elegir entre: preparados hechos en casa, y alimentos completos preparados de forma industrial.
Los preparados caseros se preparan habitualmente a base de arroz, carne y verduras. Los inconvenientes son el coste elevado de la comida y sobre todo, la dificultad para equilibrar el preparado de forma que contenga las cantidades necesarias de proteínas, materias grasas, calcio, fósforo, vitaminas, fibras alimentarias y oligoelementos.
Si la ración no contiene en cantidades suficientes y equilibradas todos los nutrientes que necesita el cachorro, pueden aparecer carencias nutricionales importantes y provocar anomalías de crecimiento.
Los alimentos preparados de forma industrial son completos y equilibrados, aportando todos los nutrientes que el perro necesita, y respetan las normas sanitarias establecidas.
La calidad de las materias primas y el control en su fabricación permiten obtener alimentos muy digestibles y con precisión nutricional. Son económicos, no necesitan preparación y se dosifican fácilmente.
Los alimentos húmedos contienen una media del 80% de humedad. Una vez abiertos, no se conservan mucho tiempo y suponen un coste mayor que el de las croquetas.
El veterinario es quien mejor nos puede aconsejar sobre cuál es la alimentación más adecuada y que producto debemos emplear.
CONSEJOS ÚTILES PARA ALIMENTAR BIEN A NUESTRO CACHORRO
·Dosifica las comidas
Aunque es cierto que los perros y gatos domésticos tienden a comer a gran velocidad, el hecho de que en la mayor parte de las casas haya sólo un animal hace que no se vean obligados a hacerlo, al carecer de competencia.
En cuanto al espacio de que dispone para comer, es recomendable que sea siempre el mismo, de fácil acceso y tranquilo. Debemos mantener los recipientes limpios y una cantidad de agua limpia y fresca constante.
Se recomienda distribuir la ración diaria en 2 o 3 tomas, teniendo en cuenta la tabla de racionamiento del alimento empleado. Debemos ser regulares y administrarle el alimento siempre a la misma hora.
·Acostúmbrale a comer después que tú
Los perros necesitan contar con referencias jerárquicas precisas. Para ello, se recomienda
no darle al cachorro su recipiente hasta que nosotros no hayamos terminado de comer.
·Procura que tenga siempre agua
El cachorro debe tener siempre a su disposición un recipiente con agua limpia. Procura cambiar el agua de forma regular, ya que los cachorros siempre tienen tendencia a jugar con el agua.
·Pésalo regularmente
Con el fin de saber si su cachorro se desarrolla a buen ritmo, controla regularmente su aumento de peso.
No dude en consultar con su veterinario.
·Controla las raciones
El crecimiento del cachorro no es regular, sino que durante los seis primeros meses es más rápido que en los meses siguientes. A partir de los seis meses, empieza a disminuir progresivamente.
Queda claro, por tanto, que es un error aumentar la ración conforme el animal crece, ya que sus necesidades energéticas en realidad disminuyen.
Las tablas que incluyen la mayoría de los piensos reflejan la cantidad ideal de alimento que debemos dar según la edad y tamaño del cachorro.
Un exceso de alimentación en la etapa de cachorro predispone al animal a padecer problemas de peso en su etapa adulta, especialmente en el caso de las razas pequeñas y medianas, que tienen mayor tendencia a sufrir obesidad, con los riesgos que ello conlleva.
Los suplementos alimenticios, generalmente vitaminas y minerales, están desaconsejados en aquellos casos en que no han sido prescritos por el veterinario, puesto que también contribuyen a este exceso de nutrición y pueden ocasionar alteraciones en el desarrollo del cachorro.
·Respeta la transición alimentario cachorro/adulto
Cuando termina el periodo de crecimiento, usted debe ofrecer a su perro un alimento que se ajuste a las necesidades nutricionales de un perro adulto.
Con el fin de evitar cualquier estrés digestivo que pudiera provocar un cambio brusco en la alimentación, respete un periodo de transición durante la cual combinará el nuevo alimento con el antiguo aumentando progresivamente la cantidad del mismo. Efectúe esta transición durante un periodo de una semana, procurando que al cabo de 7 días su perro sólo coma alimento nuevo.
·Incúlcale buenas costumbres
Su pequeño amigo va a vivir en un entorno social evolutivo. Tiene que ser capaz de adaptarse sin agresividad. Para ello, acostúmbrele a aceptar que le quiten el recipiente o que toquen su comida cuando come, sin que gruña.
LA HIGIENE Y SALUD
Debemos vigilar a nuestro cachorro y saber reconocer ciertos signos de alerta, que nos pueden indicar que algo está pasando. Si nuestro cachorro está sano veremos:
-ojos brillantes, sin manchas ni legañas
-estado de alerta, atiende a los sonidos, vuelve la cabeza
-oídos limpios, sin expeler malos olores
-piel limpia, sin zonas irritadas, pelo suave
-dientes bien alineados y mordida de acuerdo con su raza
-las proporciones responderán a su estándar racial y no se le advertirán defectos en el apoyo de las extremidades
-no debe estar gordo, aunque los cachorros parezcan bolas de peluche, hay un límite
-las heces deben estar bien formadas, sin presencia de parásitos
-que el abdomen no esté demasiado prominente; puede indicar parásitos
-palpar los testículos en machos. La edad a la que descienden varía de unos individuos a otros. Puede ir desde una semana hasta los 8 meses.
La higiene es igual a salud. No basta con bañarlo. Un programa completo de higiene para nuestro cachorro debe incluir la limpieza de la piel, el pelo, las patas, las uñas, los oídos, ojos, dientes y la limpieza de los sacos anales.
El pelaje muda normalmente en primavera y en otoño aunque en algunas razas de perros como el Caniche, el Kerry Blue Terrier o el Bedlington Terrier no se produce y su pelo crece contínuamente, por lo que hay que extremar su cuidado con más cortes y cardas. No hay que extrañarse de que, en los animales en casa, sometidos a condiciones artificiales de luz y de calefacción, el pelaje esté cambiando durante todo el año.
Conviene acostumbrarlos desde jóvenes a un cepillado diario que eliminará los pelos muertos, los rotos y los débiles. Además, se evitan los nudos en las razas de pelo largo y se airea la superficie cutánea.
No debemos olvidar cepillar el interior de las orejas y buscar restos de suciedad. Es adecuado mantener corto el pelo en las zonas en que se acumula la humedad como hocico, ojos, ano, vulva o prepucio.
Respecto a los baños, debemos evitar que coincidan con las dosis vacunales o momentos estresantes. Salvando estas situaciones, podemos bañarlos cuando sea necesario, tomando unas sencillas precauciones como asegurarnos de bañarlos con agua tibia, sin corrientes de aire y secarlos muy bien.
Debemos bañar a nuestro perro o nuestro gato cuando realmente esté sucio. Los baños sucesivos eliminarían la capa protectora de grasa que la piel segrega, por lo que es aconsejable bañarlo con champús de uso frecuente que protejan la piel y el pelo del cachorro. No debemos emplear nunca champús de humana, ni siquiera los formulados para bebés. En el perro y el gato, el pH es diferente al del hombre y su piel es más fina. Los detergentes empleados para las personas pueden ser dañinos y los aromas de nuestros cosméticos un verdadero suplicio para su olfato.
A partir de aquí, debemos estar atentos a cambios que observemos en la piel o el pelo, que pueden sugerir procesos dermatológicos o incluso enfermedades sistémicas: pérdida de pelo excesiva, presencia de caspa, cambios de color de la piel, acné…
Las uñas debemos tenerlas vigiladas por si crecen más de la cuenta. Si nuestro perro sale mucho a la calle las desgastará pero si no, pueden crecer exageradamente provocando incluso lesiones. Para evitar que esto pase, deben cortarse con un cortauñas específico para perros, sin tocar la parte vascularizada.
Es interesante también que se acostumbren a una rutina de limpieza de oídos con limpiadores específicos. No se deben usar nunca alcohol ni ningún otro disolvente que pueden causar irritaciones y otitis.
Igualmente es ideal que se acostumbre al cepillado de los dientes para mantener una correcta higiene bucal. Existen cepillos diseñados específicamente para ellos así como pasta dentífrica que no necesita enjuage. Podemos aportarles también juguetes de cuero o gomas de alta densidad.
Los ojos deben tener un aspecto brillante y limpio. Si están hinchados, enrojecidos o ves secreciones, puede que estés ante una conjuntivitis u otra patología ocular.
Las únicas defensas de un cachorro recién nacido son las que obtiene de su madre pero a las 6 o 7 semanas de vida apenas puede defenderse de virus y bacterias. Es el momento de la vacunación.
Las enfermedades que se protegen mediante la vacunación en los perros son:
La parvovirosis se transmite con las heces. Produce diarrea hemorrágica, vómitos, fiebre y deshidratación. En muchos casos el animal muere. El virus que la provoca es muy resistente en el medio ambiente, de ahí la importancia de no sacar al cachorro hasta que esté completamente vacunado.
La leptospirosis afecta también a las personas. Es una enfermedad bacteriana que daña gravemente los riñones, provocando generalmente la muerte, incluso en pocos días. Debemos sospechar de leptospirosis si observamos diarrea con sangre o mucosas amarillas con pequeñas manchas rojas. Conviene tomar precauciones cuando se convive con un animal que padezca esta enfermedad.
La tos de las perreras afecta a la tráquea y a los bronquios. Está causada por un conjunto de virus y bacterias que causan problemas respiratorios de larga duración (entre 3 y 6 semanas). Lo más grave es que puede extenderse a los pulmones.
El moquillo es producido por un virus que produce fiebre persistente, falta de apetito, problemas digestivos (vómitos, diarreas), respiratorios (secreciones nasales y oculares, tos…) y alteraciones nerviosas. Se transmite a través de las secreciones respiratorias, y se contagia fácilmente, incluso por el aire, en ambientes cerrados.
La hepatitis infecciosa es una enfermedad muy contagiosa que causa daños irreparables en el hígado. Algunos de sus síntomas visibles son fiebre, aumento de las secreciones nasales y oculares, falta de apetito y conjuntivitis. En los cachorros muy jóvenes puede causar la muerte.
La vacunación de rabia es obligatoria por legislación, y también es obligatoria para viajar al extranjero.
Para los gatos, además de la vacunación de rabia, obligatoria como hemos dicho por legislación, las vacunas protegen las siguientes enfermedades:
La leucemia felina se transmite por contacto directo y secreciones. Deprime el sistema inmunitario del animal, favoreciendo el desarrollo de tumores. En muchos casos el animal muere. No existe tratamiento, por lo que la prevención es muy importante.
La rinotraqueitis felina, también llamada gripe felina, es producido por un herpesvirus. Produce infección de las vías respiratorias, y es un proceso muy contagioso. Los síntomas son decaimiento, fiebre, rinitis, conjuntivitis y falta de apetito principalmente. No existe tratamiento específico para combatir el virus.
La calicivirosis es una enfermedad respiratoria grave, que afecta de forma más acusada a gatitos jóvenes. Los síntomas van desde conjuntivitis y secreción nasal, hasta la aparición de úlceras bucales y neumonía.
La panleucopenia felina afecta a gatos de cualquier edad, aunque son más sensibles los gatos menores de un año. La mortalidad que produce llega al 90 %. Se transmite por secreciones y por contacto con material contaminado. Los síntomas que produce son variables: fiebre alta, vómitos persistentes, anemia e incluso síntomas neurológicos.
Actualmente todos los perros y gatos deben estar obligatoriamente identificados desde los tres meses de edad con el microchip.
El microchip se implanta bajo la piel del cachorro en la parte izquierda del cuello y contiene un código numérico único para cada animal. Este sistema de identificación es inocuo para el perrito y su aplicación, que debe realizar un veterinario autorizado, es indolora.
Si un animal se pierde o es abandonado, los veterinarios o las protectoras de animales pueden leer el número de microchip y, con este número, se puede consultar la base de datos de identificación animal para intentar localizar a sus propietarios.
Es muy importante informar sobre cualquier modificación o cambio de titularidad, ya que quien figure en el registro de identificación de la base de datos es el responsable de las acciones del perro o del posible abandono del animal.
Cualquier perro que vaya a viajar a los demás países de la Unión Europea o fuera de ella, debe estar identificado por un microchip y disponer de un pasaporte.
Los parásitos son uno de los problemas más frecuentes en los animales de compañía. ¿Sabías que más de un cuarto de la población canina española podría estar parasitada?
Las pulgas, las garrapatas y los ácaros de la sarna forman parte del grupo de los parásitos externos o ectoparásitos, mientras que los gusanos y los protozoos (como los coccidios y las giardias) son lo que se denomina parásitos internos o endoparásitos.
Pulgas
Las pulgas saltan de un animal a otro para alimentarse de su sangre. Además de los consabidos picores pueden provocar alergias o ser portadoras de parásitos internos, por lo que su control es fundamental.
Dos son los aspectos que debes tener en cuenta para luchar contra las pulgas: el animal parasitado y el entorno.
Sobre el cachorro se pueden utilizar diversos productos antiparasitarios como collares, sprays o pipetas, siempre siguiendo el consejo del veterinario, quien te recomendará el producto más adecuado para tu cachorro.
En cuanto al entorno, cualquier zona de la casa a la que acceda tu animal supone un área potencial de cría de pulgas. Sus huevos y larvas pueden encontrarse en alfombras, sillones, la cama del perro… Puedes utilizar la aspirador para limpiar habitualmente esos lugares y tratar de eliminarlos.
Garrapatas
Las garrapatas se suelen anclar cerca de las orejas, alrededor de los ojos y en las axilas del perro, donde no pueden arrancárselas. Además de alimentarse de sangre pueden transmitir otras graves enfermedades como la babesiosis o la ehrlichiosis.
Extrema las precauciones cuando el cachorro esté con otros perros o pasee por el campo para evitar que entre en contacto con ellas. Son más habituales en los meses cálidos, aunque es muy aconsejable que protejas a tu animal durante todo el año mediante collares, sprays o pipetas eficaces frente a garrapatas.
Ácaros de la sarna
Estos parásitos no los podrás ver a simple vista, pero son causantes de diferentes formas de sarna que si son evidentes por las alteraciones de la piel que producen. Algunas sarnas causan mucho picor y pueden contagiarse a las personas, pero afortunadamente responden bien al tratamiento prescrito por el veterinario.
Gusanos redondos
Son los parásitos intestinales más frecuentes en los cachorros. El contagio se produce habitualmente por el contacto con excrementos de perros parasitados, pero también puede ser la madre la que los transmita al cachorro si no ha sido convenientemente desparasitado.
A no ser que el animal albergue un elevado número de gusanos, no apreciarás ninún síntoma, de ahí la importancia de efectuar un buen programa de desparasitación preventiva, sobre todo del cachorro. Si la infestación es grave pueden observarse vómitos, diarreas (en ocasiones acompañadas de sangre), nerviosismo y pérdida de peso. Afortunadamente, los tratamientos prescritos por el veterinario son eficaces frente a estas enfermedades.
Gusanos planos: las tenias
La tenia más habitual en perros se transmite por las pulgas, y el animal se contagia cuando las ingiere al intentar rascarse con los dientes. En ocasiones la parasitación se detecta por la presencia de una especie de pequeñas estructuras con aspecto de pipas de calabaza en la zona anal, que son bolsas cargadas de huevos de la tenia.
Protozoos: coccidios y giardias
Estos parásitos microscópicos pueden causar graves diarreas a tu cachorro. Su presencia es frecuente en los animales recogidos de la calle, de perreras o procedentes de criadores poco responsables. Se transmiten a través de las heces, y el tratamiento sólo es necesario si se ha confirmado la enfermedad.
Muchos perros presentan diarrea debida a la infección por giardias, que se transmite por contacto con excrementos o aguas contaminadas por ellos. Las personas también pueden contagiarse de la misma forma. El síntoma más común es la diarrea persistente, que puede aparecer mezclada con sangre. Al igual que sucede con los coccidios, no hay que hacer desparasitaciones preventivas, sino sólo tratar a los animales enfermos.
El mejor método para que el cachorro no sufra parasitaciones es la prevención, tanto mediante los productos prescritos por el veterinario (collares, comprimidos, pipetas, sprays,…) como adoptando unas correctas medidas higiénicas.
Es un derecho del animal y una obligación para el propietario.
La leishmaniosis es una enfermedad que afecta a los perros, típica de la zona mediterránea. Los síntomas son muy variados: adelgazamiento, problemas de piel, úlceras que no curan, crecimiento excesivo de las uñas, ganglios inflamados, anemia…
Es transmitida por la picadura de ciertos mosquitos, y la prevención se realiza mediante su VACUNACIÓN, el uso de productos antiparasitarios, así como evitar paseos por zonas con aguas estancadas (hábitat natural de los mosquitos).
No dude en consultarnos cualquier duda que le surja en los primeros pasos con su nuevo miembro de la familia.