Ante la situación que estamos viviendo en estos momentos, provocada por el virus del covid´19, somos más conscientes que nunca, de la importancia que tienen las vacunas.
Las vacunas disminuyen el riesgo de adquirir determinadas enfermedades, y por tanto, nos permiten que nuestras mascotas disfrutar de una vida más larga y saludable. ¿Pero como nos permiten esas vacunas dar inmunidad frente estos patógenos?
Digamos que las vacunas enseñan al cuerpo cómo defenderse cuando los microorganismos, como virus o bacterias lo invaden. El mecanismo es el siguiente, cuando nos ponemos una vacuna se nos inocula una cantidad muy pequeña y muy segura de virus o bacterias que han sido debilitados o destruidos, el sistema inmunitario aprende a reconocer y atacar la infección si uno está expuesto a ella posteriormente gracias a una propiedad que tienen nuestras células blancas (los encargados de las defensas del cuerpo) llamada inmunomemoria. Como resultado cuando nos exponemos a este patógeno, está inmunomemoria actuará atacando al agente infeccioso de la manera adecuada para evitar que tengamos una infección o cursar de una forma más leve.
Al igual que con nosotros, ocurre con las vacunas de nuestras mascotas, son un elemento de vital importancia y por tanto, se deben seguir las pautas de vacunación establecidas.
Tras la vacunación, algunos animales pueden tener algo de fiebre o dolores musculares. Incluso alguno puede perder el apetito o dormir más tiempo del habitual. Pero no debemos preocuparnos ya que estos síntomas revierten al cabo de uno o dos días. En caso contrario, se deberá acudir al veterinario lo antes posible si los síntomas persisten.
Se debe vacunar a nuestras mascotas entre las 6 y 8 semanas de vida ya que durante sus primeras semanas de vida, los cachorros reciben anticuerpos a través de la leche materna que les permiten luchar contra las diversas enfermedades. Pero una vez finalizado ese período de lactancia materna, será el veterinario el que deba continuar con dicha protección a través de las vacunas.
Os describimos lo mencionado en el párrafo anterior:
En los perros la primera vacuna se debe administrar entre las 6 y las 12 primeras semanas de vida, que es cuando comienza a disminuir la inmunidad adquirida a través de la leche materna. A partir de ese momento, se deberá repetir cada 3 semanas dicha vacunación hasta que el perro alcance los 3 meses de edad. Desde ese momento, se administrarán vacunas a intervalos de tiempo regulares, durante el resto de su vida. Como el periodo de protección varía en función de la vacuna será el veterinario el que establecerá el calendario de vacunación para su caso concreto.
En los gatos, su inmunidad comienza a reducirse a las 8 semanas de vida, momento en el que se iniciará las vacunaciones. Al igual que sucede con los perros, se repetirá 2 o 3 semanas después y finalmente, el veterinario será el encargado de establecer su calendario de vacunación.
Otras especies a vacunar, el la clínica veterinaria son los hurones y los conejos.
El calendario vacunal se basará en la edad del animal, raza, estilo de vida, localización geográfica o duración de la inmunidad.
Actualmente las vacunas recomendadas son:
– En el caso de los perros: moquillo, hepatitis infecciosa, parvovirus, rabia, leptospirosis y traqueobronquitis infecciosa
-Para los gatos: panleucopenia felina, rinotraquetis felina, calicivirosis felina, leucemia y rabia.
La legislación obliga a vacunar contra la rabia a perros, gatos y hurones cuando cumplen los tres meses de edad. Al cabo de un mes, se ha de repetir esta vacuna y después cada año durante el resto de la vida del animal.
En caso de cualquier tipo de duda, consulte con su veterinario de confianza.